Siempre pasa, en cualquier técnica de tejido, que para dar terminación a un trabajo hay que dejarlo prolijo y esconder los cabos, por algo siempre se dice "La prenda bien hecha se nota en el revés"
En los tejidos a crochet la prolijidad debe ser tal que no se note cuál es el derecho y cuál el revés en la mayoría de los puntos.
Ahora bien, podemos estar trabajando con hilados gruesos, medianos o finos, hilados ásperos o sedosos, y cada uno tendrá una dificultad diferente, (ahora se me ocurre todo un tema con eso de las texturas diversas)
Básicamente esconder los cabos siempre es igual, aprovecho un trabajo que estoy tejiendo, que como tiene varios colores y cada "renglón" lo tejí con uno distinto, a la orilla me han quedado un cabo por cada vuelta:
y no quise esconderlos debajo del ribete rosa porque al ser de colores tan contrastantes queda desprolijo, además son muchos hilos que debería alojar dentro de las varetas del borde así que en este caso hay que esconderlos deslizándolos cada uno dentro de su propio color para que quede así:
Las dos fotos son del revés de la prenda.
Una manera es usar una aguja de coser y con los cabos largos pasarlos entre el tejido, otra manera es esta:
Con una aguja de gancho mas delgada que la que hemos ocupado para tejer, tomamos cada cabo para deslizar por debajo de cada punto de manera que quede lo más prolijo posible, en los siguientes videos se muestra con la mano derecha y con la mano izquierda cómo lo hago yo, y con la variante de un cabo en el interior de la pieza y otro en el final o borde del tejido, cuanto más larga sea la punta mas seguro será el resultado a la hora de usar y usar y usar y lavar y seguir usando la ropa tejida.
Aquí es donde agradezco la experiencia de muchas mujeres tejedoras que saben mas que yo, entre ellas Olga, allá en el sur argentino.
Lo mismo que sucede con las costuras y armado de prendas que cada tejedora tiene su estilo, esconder las puntas de los hilos también, a veces depende del trabajo que estemos haciendo.
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